La planta de Koipe está unida indisolublemente a empleo y trabajo en la ciudad de Andújar. Ya sabrán que ha estado tambaleada y que está a la espera de un ERTE (Ere Temporal), que se podría sustituir por unas prejubilaciones.
El interés de un grupo de aceiteros empieza de despejar ese paisaje tenebroso que se cernía sobre una planta señera en la ciudad y en la zona. Los nubarrones lo pusieron la gestión de los anteriores gestores (como premio en Andújar se les da una medalla, ole, ole y ole la 'grasia') que dejó una deuda de unos 1.300 millones de euros y que ha podido dejar en el 'limbo' a 182 familias de la ciudad. Vaya batacazo hubiera supuesto esto para una ciudad poco industrializada y que está dejando pasar muchos trenes por culpa de su clase política y de su desinterés ciudadano.
Pues aquí no que bajar la guardia, porque está en juego el pan de muchas familias, un sector con mucho arraigo en la provincia y una empresa que ha dado prosperidad a muchos iliturgitan@s. Aquí es donde se ve el interés de una clase política (sobre todo los partidos grandes y sus instituciones que tienen mucho que decir) que mira hacia otro lado (a lo suyo, a sus 'disputillas' de pacotilla y a la fanfarria) y de un pueblo que verdaramente siente los problemas de su ciudad. Es que estamos hablando del porvenir de una ciudad que deja pasar a las empresas y ven como algunas de las suyas caen. Está en juego el futuro de los jóvenes que no ven porvenir en la tierra que los vio nacer. Que Andújar merece otra cosa.
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