miércoles, 2 de marzo de 2011

Úbeda



El espíritu viajero del Ajorriero se detiene hoy en una de las ciudades más fastuosas de la provincia de Jaén, de Andalucía y de España. Úbeda fue declarada Patrimonio de la Humanidad junto su hermana ciudad de Baeza, es una visita obligada para conocer el Renacimiento andaluz.
Mi paseo el otro día por las calles de Úbeda, me transportó y retrotayó a mi etapa de adolescente y bachiller y de amores furtivos y a un periodo más cándido y confortable, donde rebrotaron viejas amistades que nunca sw olvidan. Úbeda es mística, porque allí derramó poesía ascética San Juan de la Cruz. Úbeda es bullanguera y bulliciosa, porque representa el epicentro comercial de las zonas de Segura, Cazorla, Las Villas, La Loma y Mágina. Hoy en día es un reclamo turístico nacional e internacional, circunstancia esta que le proporciona una pujanja y vitalidad en las entrañas de sus muros. Úbeda destila espiritualidad y religiosidad popular por sus zonas monumentales en las tardes-noches de Semana Santa, donde la imagenirería alcanza un valor artístico sublime.
Su belleza y monumentalidad tienen vocación serreña, porque desde los enclaves inigualables y singulares de la antigua iglesia del Salvador se avistan los pagos serranos, y se erigen en una balconada de los enhiestos montes de Cazorla, Segura y Mágina, cubiertos de un manto blanco en los días invernales y que en primavera ofrecen un estallido colorista y de viveza. En esta época que nos aprestamos a vivir el tapiz verde que cubre las montañas invitan a la renovación del espíritu, porque frisan el infinito cielo, donde se proyectan nuestros anhelos y esperanzas.
Plagada de monumentos de interés, es un emblemático destino para el turismo de interior. Úbeda fue habitada desde la Prehistoria, si bien adquirió su verdadera identidad en la época árabe, alcanzando gran riqueza y esplendor durante el siglo XVI. La muestra de arquitectura religiosa más significativa que conserva Úbeda es la Capilla de El Salvador, capilla funeraria de la familia De Los Cobos. Destacan su portada renacentista, la reja del interior del templo y el retablo mayor. La Colegiata de Santa María es un interesante ejemplo de Mezquita de estilos constructivos que podemos datar desde el siglo XIII al XIX.
La arquitectura religiosa también ha dejado en Úbeda otras edificaciones relevantes, como la Iglesia de San Pablo, la Iglesia de la Trinidad, la Iglesia de San Nicolás de Bari, San Pedro, San Isidoro, San Lorenzo, Santo Domingo, el Real Monasterio de Santa Clara, el Oratorio de San Juan de la Cruz o el Convento de las Carmelitas Descalzas.Junto a la Capilla de El Salvador y la Colegiata de Santa María, el otro monumento más representativo de Úbeda es el Hospital de Santiago, construido a comienzos del siglo XVI, en el que conviven los estilos gótico y plateresco.El Palacio de las Cadenas es un excepcional edificio renacentista, que actualmente alberga el Museo Municipal de Alfarería. Otras bellas construcciones renacentistas son el Parador Condestable Dávalos, que destaca por su sobriedad y equilibro, o el antiguo Ayuntamiento, que sigue el modelo italiano. El turista que visita Úbeda tampoco puede abandonar la ciudad sin conocer el Palacio Vela de los Cobos (proyecto de Vandelvira al igual que otros emblemáticos monumentos de la Ruta del Renacimiento), la Casa de las Torres, la Torre del Reloj, el Palacio Francisco de los Cobos, la Cárcel del Obispo, el Antiguo Pósito, la Casa de los Manueles, la Casa de los Salvajes, o palacios como el de Bussianos, el de la Calle Montiel o el de Los Porceles, entre otros.
Y no quisiera despedirme de Úbeda sin degustar su selecta gastronomía y exquisitos 'ochíos'. Esta Úbeda vitalista y señorial, siempre estará presente en mi corazón y memoria y les invito a que vengan a visitarla, porque a buen seguró les encandilará y marcará, porque aquí se masculla arte, historia y monumentalidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario